Vivía atemorizado pues creía que dentro de su armario habitaba un duende maligno, un ser pequeño de ojos rasgados y rojos, con una sonrisa de esas que quitan el hipo a lo que acompañaba una voz aguda y de ultratumba. Pero la razón es que Jeremy era bastante imaginativo y sus padres no le creían, cuando era mas pequeño decía que la bruja del cuento de Hamsel y Grettel se le presentaba por la ventana ofreciéndole golosinas para llevárselo con ella. Por ello el duende seria una forma mas de llamar la atención, aunque ya estaban hartos de que durmiera con ellos.

Un día cambiaron los roles el dormiría en la habitación de sus padres y ellos en su cama. Pero esa fue la ultima noche que vio a sus padres, a la mañana siguiente ya no estaban, en cambio en su cama había un gorro, un saco de monedas y una notita: Gracias por el trofeo.

El terror cuando te cala los huesos es el peor, pues de aquello puedes estar segura que nada bueno obtendrás y esa mañana de frió le pasaba lo mismo a Emily había salido como cada mañana a por el pan, nevaba y sus pisadas quedaban marcadas sobre el blanco asfalto. Tras de ella se oía crujir la nieve pues cientos de personas andaban por las calles a esas horas.

Para acortar a la panadería tomo el atajo de siempre, un paseo sin casas, adornado de cubos de basuras de los restaurantes y habitado por gatos y ratones, por el día parecía un lugar idóneo para pasar pero Emily se confió demasiado. Las huellas del camino eran rojas de su sangre y los gatos fueron los únicos testigos. Dos ojos pequeños y rasgados acabaron con su vida, un arcángel negro se la había llevado.

Decían que los monstruos ya no habitaban bajo las camas de los niños, ni en sus armarios rodeados de ropa limpia, ni en la oscuridad agazapados. Decían que los habían echado a todos, que eran feos y crueles, que solo hacían daño despedazando niños en las aldeas, descuartizandolos en las ciudades bajo la atenta mirada de la luna. Por ello los niños dormían placidamente sin temor, los padres sonreían desde la puerta entreabierta ojeando el sueño placentero de sus hijos y ¿los monstruos?

Ellos seguían estando allí, bajo camas, entre armarios, pero lo que nadie sabia es que realmente no eran tan malvados, ellos cuidaban del pequeño habitante de la habitación ya que el verdadero peligro habitaba en los corazones de sus padres

Se despertó sobresaltada por el ruido de una cañería, al levantarse se golpeo la cabeza y se dio cuenta que aquella no era su habitación. Puso los pies sobre el suelo, este estaba húmedo y lleno de charcos, pero desconocía de que podrían ser, ola a cloaca y se oían a lo lejos los cuchicheos de las ratas. Siguió unos pasos mas allá cuando pudo vislumbrar algo de luz que provenía de una especie de ventana llena de rejas. Donde estoy??- pensaba mientras inspeccionaba aquel habitáculo.

Parecía una habitación de algún lugar abandonado, como habría llegado hasta allí, si lo ultimo que recordaba era estar dormida plácidamente sobre su cama. Se dejaron de oír las ratas y empezaron a oírse unos pasos dirigiéndose hacia su camino. Se acurruco en una esquina llena de miedo, la luz de una linterna apuntando a su cara la aturdió, no podía ver quien tenia delante. Noto como la cogían ella se resistía, pero ya era tarde entro en una nueva sala de la que no volvería a salir con vida.

Alba y Clara pasaban la tarde en casa de esta última solas, viciadas a los juegos del ordenador en el cuarto de arriba. Hasta que Alma timbro el telefonillo para subir. Le abrieron la puerta del portal y estas esperaron en las escaleras dejando tras sus espaldas abierta la puerta de la casa.

Después de saludarse subieron de nuevo para el ordenador y a los 10 minutos se oyó un portazo, provenía de abajo y la luz de las escaleras se encendió y apago. Clara pensó que había llegado su madre pues siempre que ellas estaban arriba hacia lo mismo con el interruptor, al bajar y mirar por toda la casa vio que no había nadie y cuando se reunió con sus amigas todas mostraban pánico en sus rostros. Cerraron la puerta con pestillo y tras un rato pensando que hacer, se armaron con lo que pudieron, el cargador del móvil y una grapadora.

Las 3 bajaron muy pegadas unas a otras gritando por si el supuesto intruso andaba cerca. Corrieron en busca de las llaves de casa que casualmente ese día no estaban en la entrada y no sabían por que. Finalmente dieron con ellas en el salón, donde habían mirado antes y una vez con ellas en la mano, salieron corriendo de la casa de Clara.

Aun a día de hoy se preguntan quien encendió la luz

Fantasmas, zombies, vampiros... se empiezan a agolpar por las calles, con sus bolsas de caramelos. Halloween esta llamando a las puertas de las casas, mientras la gente ultima los detalles para decorar sus casas terrorificamente. Se murmura en los corros de los jóvenes los planes que tendrán para la noche de los muertos. Fiestas de disfraces en mansiones encantadas, visitar el cementerio para contar historias rodeados de fantasmas...... Pronto llegara Halloween preparaos!!

Era una pequeña niña de aspecto angelical, una rubia melena caía por debajo de sus hombros y sus ojos azules transmitían paz, pero solo era una fachada. Realmente cambiaba algo dentro de ella en las noches de tormenta, sus ojos se volvían rojo sangre, sus labios mostraban una sonrisa malévola y su pelo se teñía de negro.

Aclamaba sangre y venganza de victimas ajenas a su existencia....

Proximamente las historias terroríficas de las noches de tormenta

Temes a los fantasmas??

No

Entonces, ¿Porque no dejas de temblar?

No es por miedo, es que atraes el frio que me hace tiritar

La casa de la colina siempre le había dado miedo, era oscura, con ventanas llenas de rejas y tenia un enorme jardín descuidado donde habitaban arañas y cuervos. La entrada cercada con una valla y una enorme puerta de metal estaba custodiada por dos enormes leones de piedra que lucían una mirada de odio.

No sabe muy bien porque se dejo llevar esa noche por las locuras de sus amigos, que querían entrar en ella. Hacia años dejo de ser un sitio habitado para convertirse en un lugar lleno de historias. Los vecinos de alrededores se mudaron porque decían oír gritos todas las noches, algunos aseguraban ver espíritus merodeando por hay. Por ello esa noche los jóvenes iban a averiguar que tenían de cierto aquellas historias.

Ayudandose los unos a los otros entraron al jardín, donde se separaron en grupos. Pero ella se alejo del suyo persiguiendo una pequeña luz que provenía del cobertizo. Al llegar de allí había perdido de vista a todos y la temperatura había descendido suficiente como para tiritar, entro al lugar acercándose a la luz y algo la toco en el hombro, ella paralizada por el miedo no puedo salir corriendo y gritos se oyeron a fuera.

Cuando por fin pudo salir de allí, se había hecho de día y sus amigos no aparecían por ningún lado, días después aparecieron muertos. Algo le había salvado a ella???

Y en los ojos de la niña de 8 años, se veía el terror, odiaba dormir sola y tener juguetes nuevos, pues aseguraba que una niña rubia jugaba con ellos. Alguien que en cuerpo presente no existía.

Hacia poco se había mudado a aquella casa y echaba de menos la anterior, en esta las noches estaban llenas de ruidos extraños, de canicas botando a altas horas de la madrugada, de susurros misteriosos.

Muchas eran las noches que llamaba a gritos a sus padres y que dormía escondida debajo de sus mantas, entre peluches, para que no se la distinguiera.

Finalmente la llevaron a un psicólogo y alegaron que la niña tan solo quería llamar la atención, pero aun ve a esa niña rubia buscando juguetes que ya no tiene.

Sobre unas escaleras iluminadas por un haz de luz se encontraba una joven llorando, al rato se le acerco una mujer que portaba una capa con una caperuza negra:

- Dimé, ¿Alguna vez has pensado en la muerte?

- Constamente

- Y ahora que estas muerta ¿Piensas en la vida?

- Pienso en la vida todos los días, en la que he dejado atrás- se miro las vendas empapadas en sangre de sus muñecas

La mujer de la caperuza le puso la mano en el hombro y se levanto para proseguir su camino, mientras ella empezó a ver la oscuridad....

Cuando abrió los ojos la primera imagen que vio fue la de sus padres, aun estaba aturdida y creyó que ellos también habían muerto, pero comprendio que ella estaba viva, probablemente todo habría sido un sueño. Giro la cabeza mirando la habitación del hospital y no pudo evitar sorprenderse al ver la capa negra en la silla de su lado.

Los susurros de la noche la atormentaban en sueños, voces de todos los rincones llegaban hasta sus oídos, gritos desgarradores, niños llorando, pero entre todas las voces una en especial temía y era aquella que pronunciaba su nombre.

Era como si alguien se la quisiera llevar consigo, una noche un rostro iluminado con una vela hizo presencia en su habitación, tenia el rostro ensangrentado y los ojos inyectos en ella. Ella atemorizada empezó a gritar a sus padres, pero el sonido parecía no abandonar las cuatro paredes de su habitación.

El ser soplo la vela y cuando esta se apago, ella perecía en su cama, con el rostro tan pálido como la nieve, finalmente la voz se la llevo consigo