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miércoles, 29 de diciembre de 2010




Vivía atemorizado pues creía que dentro de su armario habitaba un duende maligno, un ser pequeño de ojos rasgados y rojos, con una sonrisa de esas que quitan el hipo a lo que acompañaba una voz aguda y de ultratumba. Pero la razón es que Jeremy era bastante imaginativo y sus padres no le creían, cuando era mas pequeño decía que la bruja del cuento de Hamsel y Grettel se le presentaba por la ventana ofreciéndole golosinas para llevárselo con ella. Por ello el duende seria una forma mas de llamar la atención, aunque ya estaban hartos de que durmiera con ellos.


Un día cambiaron los roles el dormiría en la habitación de sus padres y ellos en su cama. Pero esa fue la ultima noche que vio a sus padres, a la mañana siguiente ya no estaban, en cambio en su cama había un gorro, un saco de monedas y una notita: Gracias por el trofeo.

viernes, 17 de diciembre de 2010




El terror cuando te cala los huesos es el peor, pues de aquello puedes estar segura que nada bueno obtendrás y esa mañana de frió le pasaba lo mismo a Emily había salido como cada mañana a por el pan, nevaba y sus pisadas quedaban marcadas sobre el blanco asfalto. Tras de ella se oía crujir la nieve pues cientos de personas andaban por las calles a esas horas.


Para acortar a la panadería tomo el atajo de siempre, un paseo sin casas, adornado de cubos de basuras de los restaurantes y habitado por gatos y ratones, por el día parecía un lugar idóneo para pasar pero Emily se confió demasiado. Las huellas del camino eran rojas de su sangre y los gatos fueron los únicos testigos. Dos ojos pequeños y rasgados acabaron con su vida, un arcángel negro se la había llevado.