
El terror cuando te cala los huesos es el peor, pues de aquello puedes estar segura que nada bueno obtendrás y esa mañana de frió le pasaba lo mismo a Emily había salido como cada mañana a por el pan, nevaba y sus pisadas quedaban marcadas sobre el blanco asfalto. Tras de ella se oía crujir la nieve pues cientos de personas andaban por las calles a esas horas.
Para acortar a la panadería tomo el atajo de siempre, un paseo sin casas, adornado de cubos de basuras de los restaurantes y habitado por gatos y ratones, por el día parecía un lugar idóneo para pasar pero Emily se confió demasiado. Las huellas del camino eran rojas de su sangre y los gatos fueron los únicos testigos. Dos ojos pequeños y rasgados acabaron con su vida, un arcángel negro se la había llevado.
Hacía muchísimo que no me pasaba por aquí, lo siento, gracias por todos tus comentarios, eres un cielo :)
ResponderEliminarUn crêpe
con (mucha)
Nutella.
p.D: Un buen texto, sin duda alguna!