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martes, 9 de noviembre de 2010

Decían que los monstruos ya no habitaban bajo las camas de los niños, ni en sus armarios rodeados de ropa limpia, ni en la oscuridad agazapados. Decían que los habían echado a todos, que eran feos y crueles, que solo hacían daño despedazando niños en las aldeas, descuartizandolos en las ciudades bajo la atenta mirada de la luna. Por ello los niños dormían placidamente sin temor, los padres sonreían desde la puerta entreabierta ojeando el sueño placentero de sus hijos y ¿los monstruos?

Ellos seguían estando allí, bajo camas, entre armarios, pero lo que nadie sabia es que realmente no eran tan malvados, ellos cuidaban del pequeño habitante de la habitación ya que el verdadero peligro habitaba en los corazones de sus padres

viernes, 5 de noviembre de 2010

Se despertó sobresaltada por el ruido de una cañería, al levantarse se golpeo la cabeza y se dio cuenta que aquella no era su habitación. Puso los pies sobre el suelo, este estaba húmedo y lleno de charcos, pero desconocía de que podrían ser, ola a cloaca y se oían a lo lejos los cuchicheos de las ratas. Siguió unos pasos mas allá cuando pudo vislumbrar algo de luz que provenía de una especie de ventana llena de rejas. Donde estoy??- pensaba mientras inspeccionaba aquel habitáculo.
Parecía una habitación de algún lugar abandonado, como habría llegado hasta allí, si lo ultimo que recordaba era estar dormida plácidamente sobre su cama. Se dejaron de oír las ratas y empezaron a oírse unos pasos dirigiéndose hacia su camino. Se acurruco en una esquina llena de miedo, la luz de una linterna apuntando a su cara la aturdió, no podía ver quien tenia delante. Noto como la cogían ella se resistía, pero ya era tarde entro en una nueva sala de la que no volvería a salir con vida.